sábado, 10 de diciembre de 2011

Mírese al espejo, llame a su propia empresa...





Desde dentro, todo se ve de una manera distinta a cómo se observa, o se oye, desde fuera.

Desde fuera se aprecia eso que se llama imagen. Considerarlo, es como verse en un espejo. Si no lo hacemos, será como salir a la calle con los pelos parados o con la corbata chueca.

Y en las empresas no siempre se mira al “espejo” de los clientes y de la comunidad en general.

Y uno de los “espejos” menos consultados es el teléfono. Desde dentro usted no sabe como responden “el teléfono” de su empresa. En realidad se trata de las telefonistas y también del personal.

La mayoría de empleados contesta los teléfonos distraídamente; muy pocos sienten que están representando a la empresa. Contestan por ellos, pueden estar de buen humor y bien…pero pueden no estarlo y el inocente interlocutor que llama, puede pagar los “platos rotos”.

“Platos rotos” que también pagará, a la larga o a la corta, su propia empresa.

No esta demás que su personal sea educado en ese sentido: cuando levantan el teléfono no es Juan o Juana los que contestan. Ellos son la propia empresa al teléfono. (Hubert Rojas)