“Si sufre de desamor, presione 1”, así identifica el New York Times uno de sus boletines electrónicos. Y aunque en su contenido no desarrolla explícitamente la idea sugerida, vale la pena tomarla en cuenta en estos tiempos que predisponen a la melancolía y al sentimiento de desolación.
Con ocasión de la pandemia las relaciones humanas se han enfriado. El distanciamiento social y el confinamiento obligado, o autoaplicado por temor o protección, nos ha llevado a reducir nuestro círculo de contactos a quienes viven con nosotros o, a nosotros mismos, si vivimos solos.
Esta situación inédita para los habitantes del planeta Tierra debe llevarnos a reconsiderar nuestras formas de relación con el público a través de los medios no presenciales, que son en la mayoría de casos, los únicos en este momento. Entre ellos, el más familiar y cotidiano: el teléfono.
Obviamente no podremos contestar personalmente todas las llamadas que entran a nuestra empresa pero los que si podemos hacer es cuidar que nuestros mensajes grabados que dan la bienvenida, acompañan en la espera o informan de los horarios de atención cuando no hay nadie en la empresa, sean lo más cálidos y cordiales. eso, no se puede improvisar.
Una persona no entrenada y no capacitada, como un locutor(a) profesional y aun los propios profesionales de la voz, sin una dirección especializada, pocas veces inhiben sus emociones y sentimientos para caracterizar debidamente a la empresa.
Comunicar bonhomía, afectuosa familiaridad pero con la categoría y la prestancia que se requiere para hablar a nombre de una empresa es una tarea sería y cuidadosa.
No ignoremos que ahora las personas están más sensibles y atentas a la forma cómo les hablan.
Se dice que los tiempos de crisis, son también tiempos de oportunidades. Darles un nivel de calidad a nuestros mensajes telefónicos no es ajeno a humanizarlos y hacerlos más cercanos y familiares. Es tiempo de producirlos profesionalmente. (Hubert Rojas) (imagephone@gmail.com)
Con ocasión de la pandemia las relaciones humanas se han enfriado. El distanciamiento social y el confinamiento obligado, o autoaplicado por temor o protección, nos ha llevado a reducir nuestro círculo de contactos a quienes viven con nosotros o, a nosotros mismos, si vivimos solos.
Esta situación inédita para los habitantes del planeta Tierra debe llevarnos a reconsiderar nuestras formas de relación con el público a través de los medios no presenciales, que son en la mayoría de casos, los únicos en este momento. Entre ellos, el más familiar y cotidiano: el teléfono.
Obviamente no podremos contestar personalmente todas las llamadas que entran a nuestra empresa pero los que si podemos hacer es cuidar que nuestros mensajes grabados que dan la bienvenida, acompañan en la espera o informan de los horarios de atención cuando no hay nadie en la empresa, sean lo más cálidos y cordiales. eso, no se puede improvisar.
Una persona no entrenada y no capacitada, como un locutor(a) profesional y aun los propios profesionales de la voz, sin una dirección especializada, pocas veces inhiben sus emociones y sentimientos para caracterizar debidamente a la empresa.
Comunicar bonhomía, afectuosa familiaridad pero con la categoría y la prestancia que se requiere para hablar a nombre de una empresa es una tarea sería y cuidadosa.
No ignoremos que ahora las personas están más sensibles y atentas a la forma cómo les hablan.
Se dice que los tiempos de crisis, son también tiempos de oportunidades. Darles un nivel de calidad a nuestros mensajes telefónicos no es ajeno a humanizarlos y hacerlos más cercanos y familiares. Es tiempo de producirlos profesionalmente. (Hubert Rojas) (imagephone@gmail.com)
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