jueves, 27 de agosto de 2015

Telefonistas vs. Publico: Una guerra no declarada






Cada actividad humana requiere determinadas cualidades. La paciencia y la tolerancia deberían ser las  fundamentales para una telefonista.

Un primo volvió al país después de 25 años de ausencia, con el deseo de hacer empresa e identificó a potenciales clientes. Ubicó los números telefónico y empezó a llamar para preguntar  por los responsables de determinadas áreas pero lo que recibió fue poco menos que exabruptos de quienes deberían ser el “rostro” amable de las empresas.

No es la primera vez que nos referimos a esta desagradable característica de ciertas telefonistas que restan puntos a la imagen de una empresa.Una telefonista debería tener como entendimiento básico que nadie llama a una empresa por el gusto de molestar, salvo ciertas excepciones que no faltan, pero la generalidad llama por alguna razón que considera importante. Pero ciertas telefonistas, lamentablemente, se convierten en una valla infranqueable para cualquiera, impidiendo muchas veces que su empresa reciba ofertas o requerimientos importantes y hasta vitales.

Algunas telefonistas no adoptan una actitud de acogimiento y simpatía pon el público. Por el contrario, asumen la condición de policías y fiscales que juzgan como sospechosa a toda persona que llama. Prácticamente están en pie de guerra con el público. Y consideran un triunfo cuando logran que alguien desiste de comunicarse con determinada persona o área.

Si piensan que estamos exagerando, consulten con su personal de ventas o con cualquier funcionario de su empresa que tenga como misión establecer contacto con otras empresas. Y nos dará con creces, y clamorosos casos, la absoluta razón.

Ya es tiempo que las empresas cuenten con un supervisor de imagen telefónica que este cuidando siempre que las telefonistas representen de la mejor manera posible a la empresa.

Ya es tiempo que termine el belicismo contra el público y la demolición del buen nombre y el prestigio de las empresas por personal irresponsable o inexperto.(Hubert Rojas)