viernes, 4 de agosto de 2017

Teléfonos de empresa con “mala facha”





Cada mañana usted se acicala antes de salir de casa. 

Cada hebra de cabello debe estar en su lugar y una mancha impertinente en su blusa, o camisa, puede obligarlo(a) a cambiarse velozmente, para llegar impecable a su centro de trabajo, o a la importante cita de la cual depende ese decisivo negocio que ha estado esperando. 

Y si es así, siempre nos preguntamos porque muchos directivos de empresa no se dan cuenta de que su teléfono tiene los “pelos desordenados” o su saludo de bienvenida está “manchado” por una voz poco cordial en los audios de su central telefónica.

Todos sabemos que siempre es vital la presencia, el porte, la elegancia o, por lo menos, el aspecto sobrio y decoroso para facilitar nuestra interacción con las personas.

Y que lo mismo ocurre con las empresas, especialmente a través de la comunicación telefónica.

Sin embargo, es para quedarse con la boca abierta, cuando algunos funcionarios a quienes presentamos nuestro servicio de producción profesional de imagen telefónica, nos informan muy orondos que los directivos de su empresa han decidido NO invertir en una producción profesional. Y dejan a la improvisación nada menos que la grabación de los mensajes que representarán a su empresa todos los días y a cada momento a través del teléfono.

Así como la traza de una persona desaseada o, simplemente, descuidada, no nos despiertan confianza para encargarle alguna tarea o tomar sus servicios, lo mismo ocurrirá con la poca garantía que inspirarán los productos y/o servicios de nuestra empresa si no aseguramos la calidad y la ponderación de los mensajes que recibirán al público que llama a nuestra empresa.

Preguntémonos que es más sensible para quedar impreso en nuestra memoria y aún más, grave, en el subconsciente: ¿una prenda manchada, una mecha descuidada o una voz que nos grite o nos hable con desgano o nos "raspe" el oído desde el teléfono?

Tal vez ha llegado el momento de que haga un alto en su labores y se tome un momento para marcar el propio teléfono de su empresa y al fin pueda escuchar con sentido crítico cómo recibe el teléfono de su empresa y pueda darse cuenta qué están pensando de ella las personas que marcan su teléfono. (Hubert Rojas)