La tecnología de comunicación debe servir para eso, para
comunicar.
No puede ser una barrera para impedir que el público pueda hablar directamente
con los funcionarios de una entidad o una empresa.
Equivocadamente algunas organizaciones se parapetan, por ejemplo, en los IVR
(Sistemas Interactivos de Respuesta de Voz) que brindan mensajes pregrabados y
derivan a telefonistas que responden con un speech rígido, a través de quienes
es imposible encontrar la información que se necesita para otro tipo de
atención e información.
Y más grave aún, que entidades, incluso financieras, oculten el número
telefónico necesario para hablar con los funcionarios de la entidad y solo
brinden un servicio de call center para la venta de servicios y algunas
consultas operativas muy puntuales.
Si a una empresa le interesa su relación con el público y establecer con él una
relación de empatía y confianza, debe usar la tecnología para hacerla más
fluida y cordial.
De ninguna manera la tecnología puede actuar como una barrera infranqueable
para el público; no puede ser "esa maldita pared".(Hubert Rojas)
No hay comentarios:
Publicar un comentario